Guerra fría en el PLD
Por: Marcos José Núñez / “Opinando” /
marcosnunezfis@gmail.com
El término “guerra fría” fue acuñado hacia fines de la década de los años cuarenta del siglo XX, cuando apenas terminaba la segunda guerra mundial e iniciaba la polarización geopolítica bilateral entre la dos grandes superpotencias de ese entonces: U.R.S.S. y E.E.U.U.
Con la caída del muro de Berlín y la desintegración de la U.R.S.S., Estados Unidos quedó como la única superpotencia del mundo. Se había trazado la estrategia de derrotar en el terreno diplomático a la decadente U.R.S.S. y con la eliminación de un poderoso adversario, Estados Unidos estaba asegurando la reconfiguración de su rol en el mundo; a partir de ahí, se instauro lo que se denominó “un nuevo orden mundial”.
Pero la derrota de su oponente, no significó para los Estados Unidos un mayor control y presencia en el mundo; a partir de ahí surgieron nuevas y peores amenazas a escala global: el narcotráfico, el terrorismo internacional, el cambio climático y potencias emergentes que lograron desarrollar un pequeño pero significativo arsenal de armas nucleares.
El haber anulado a su adversario consuetudinario, le creo al gran país del norte una serie de problemas frontales y también fracturas internas que comienzan a dar señales de una rápida pérdida del control por parte del gobierno. El pentagonismo no sólo tiene más enemigos que antes, sino también una división de la sociedad norteamericana que podría conducir en el futuro cercano a su desaparición.
FOTO DE DANILO CONTRA LEONEL
Lo mismo está sucediendo en el Partido de la Liberación Dominicana.
Desde la separación entre Danilo Medina y Leonel Fernández a raíz de las primarias internas en el PLD del año 2007, en el universo de esa organización política existen dos tendencias claramente enfrentadas: El danilismo y el leonelismo.
Ya antes en el 2001, Leonel, Temo y Danilo pactaron una oposición dura y frontal al enemigo común –el PRD era entonces el partido de gobierno-, la masificación del PLD como partido y convertir a esa organización en una maquinaria electoral capaz de competir por el poder.
La crisis económica del año 2003, sabiamente aprovechada por el opositor PLD, fue una especie de “segunda guerra mundial” de la que salieron victoriosos en las elecciones del 2004, Leonel, Temo y Danilo. El propósito había sido propiciar la derrota del presidente reeleccionista Hipólito Mejía.
Después de la verdadera segunda guerra mundial en 1945, emergieron victoriosos los Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Soviética. Antes de la guerra, la crisis económica de 1929, hundió a las grandes economías del mundo.
La “primera guerra mundial” había sido la derrota del coloso José Francisco Peña Gómez en las elecciones del 1996: reformistas y peledeistas en una alianza inédita le cerraron el paso al dominicano que más méritos tenía para gobernar.
Y es que los paralelismos no cesan. Hay un grupo de miembros del Comité Político del PLD que se ha denominado la “OTAN”, haciendo uso de un juego de palabras con expresiones idiomáticas locales que coincide con las siglas del organismo multilateral de defensa para la postguerra, liderado por Estados Unidos y conformado por varias naciones europeas, surgido de la victoria de los aliados en 1945 (2004, en la lógica de la cronología paralela del tiempo para el PLD) frente a las potencias del eje.
Esa “OTAN” dominicana es un team oportunista de 10 o 12 miembros del comité político más o menos autónomos pero son vitales para inclinar la balanza de las decisiones del alto órgano peledeista hacia cualquiera de las potencias (tendencias) que se disputa la hegemonía peledeista.
El enfrentamiento entre las dos potencias del PLD (Leonel contra Danilo), cesaron en tanto el enemigo común “hitleriano” (el PRD) se mantenía más o menos poderoso y unido; hubo cohabitación a pesar de las diferencias entre las potencias peledeistas, pero cuando el danilismo ayudado por el leonelismo, ascendió a la supremacía del Estado en el 2012, decidió que debía destruir al enemigo común (dividir y eliminar al opositor PRD) para poderse mantener en el poder como primer paso para luego enfrentar a la otra superpotencia rival en la geopolítica del PLD: el leonelismo
La estrategia de acoso y derribo del danilismo pasó por aliarse de forma encubierta a sectores opositores con grandes enemistades con el leonelismo, haciéndoles creer su deseo de ser diferentes a Leonel y usándolos de instrumentos para minar, disminuir y apocar la influencia del Ex Presidente, Leonel Fernández sin verse directamente involucrados. En paralelo hay que ver las guerras regionales que durante la guerra fría, Estados Unidos indujo (desde la sombra en algunos casos y frente a la luz en otros casos), usando países “amigos” cuyos gobiernos títeres eran contrarios ideológicos a la U.R.S.S.
Pero así como la U.R.S.S. término disminuida a su más mínima expresión (Federación Rusa) y Estados Unidos pareció triunfar en la lucha, la falta de un adversario que sirviera de contrapeso al enorme poder norteamericano, comenzó a provocar una especie de implosión que al no tener enemigos, se enfrentara así mismo y a sus antiguos aliados (guerra del golfo, la caída de las torres gemelas, guerra en Irak, guerra en Afganistán, lucha global contra células terroristas islámicas antiguas aliadas de la CIA, etc.) debilitándose poco a poco su poder e influencia en el mundo. Y cuando nadie lo esperaba, resurgió Rusia, la misma nación que encarno la U.R.S.S. pero con una nueva visión y liderazgo que la ha fortalecido, al punto de convertirla en un instrumento más fuerte y poderoso que antes.
Palabras más, palabras menos es lo que sucede entre Danilo y Leonel ahora mismo.
Danilo “triunfó” y aparentemente “líquidó” a Leonel, destruyó al PRD y quedó prácticamente sin ninguna oposición a sus ejecutorias.
Pero ahora, se enfrenta a si mismo con numerosos problemas internos en el país, problemas que se encuentran agravados y sin la perspectiva de resolverlos en lo inmediato.
A eso hay que añadir el interés de los Estados Unidos de que se persiga la corrupción y la impunidad en el país y las presiones que ejercen para que se lleve ante la justicia a todos los implicados en expedientes judiciales que han afectado los intereses norteamericanos en la zona (solidaridad con el chavismo, amistad con Lula da Silva, encubrimiento de la corrupción administrativa, compra de aviones a otros países en perjuicio de E.E.U.U., etc.).
Al mismo tiempo, el Presidente Medina necesita “convencer” con una lucha contra la corrupción que permita distraer a la gente de sus verdaderos problemas de inseguridad, violencia, desempleo. Por ello, trata de complacer a los Estados Unidos, permitiendo que se persiga supuestos corruptos pero también, pretende evitar a toda costa un resurgimiento con más fuerza que antes, de la figura de Leonel Fernández, quien indudablemente comienza a dar muestras de cierta recuperación de su antiguo liderazgo.
El proyecto de Danilo Medina es de largo aliento y necesita eclipsar cualquier asomo de liderazgo que compita directamente con el poder y la influencia que tiene ahora. De ahí que hasta alcaldes y diputados de la oposición fueron escogidos por el danilismo para ganar las elecciones en sus respectivas demarcaciones en el mes de mayo pasado. Algo curioso que en esas mismas demarcaciones, los candidatos del leonelismo perdieron abrumadoramente las elecciones y quedaron fuera de la jugada.
Danilo ha elegido sus posibles sucesores pero NO A LO INTERNO DEL PLD.
Danilo quiere a su lado, lo mejor del liderazgo joven de la “oposición”, sobre todo los más cooptables y afines a lo que él representa, para atraérselos hacia su grupo político en caso de que sus planes de continuidad estén muy debilitados, tenga que prescindir del PLD como plataforma politica y se requiera además, de dividir nuevamente a una oposición que apenas se recompone. Leonel Fernández se está preparando también –desde una especie de oposición- para la misma ruptura para la que se prepara en estos momentos, Danilo Medina.
El juego de ajedrez entre estos dos antiguos amigos convertidos en rivales y sus luchas por la hegemonía, es una interesante partida que debemos de observar atentamente.
Desde aquel comité político en que el danilismo y la OTAN aprobaron aplastantemente la reelección de Danilo Medina, el 19 de abril del 2015, se inició la guerra fría en el PLD. Desembocará esto en una “tercera guerra mundial” peledeista?
El Palacio Nacional de la República Dominicana constituye una joya arquitectónica admirada por numerosos especialistas en arte no sólo por su elaborado interior que constituyen varios salones, entre ellos el de las Cariátides o de los Espejos, o el de Embajadores –inspirado en el Palacio Real de Milán y creado a gusto por su arquitecto y constructor italiano Guido de Alessandro, de 1944 a 1947, por órdenes del entonces dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina–, sino también por su estilo único y singular en la frontera del Caribe imperial.
Entre la amplitud de los detalles eclécticos de su interior y exterior, al cumplir en agosto próximo 69 años de inaugurado, llama la atención las columnas en el frontispicio o vestíbulo de la entrada principal, adornado con las escalinatas imperiales al estilo romano, en cuyo diseño se refleja la presencia innata del genio veneciano de la arquitectura Andrea Palladio (1508-1580), quien inspiró en todo el mundo europeo y en el preludio de la revolución de independencia de Estados Unidos el amor por las columnas hace más de 500 años.
Entre la amplitud de los detalles eclécticos de su interior y exterior, al cumplir en agosto próximo 69 años de inaugurado, llama la atención las columnas en el frontispicio o vestíbulo de la entrada principal, adornado con las escalinatas imperiales al estilo romano, en cuyo diseño se refleja la presencia innata del genio veneciano de la arquitectura Andrea Palladio (1508-1580), quien inspiró en todo el mundo europeo y en el preludio de la revolución de independencia de Estados Unidos el amor por las columnas hace más de 500 años.